Sombras de la calle

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Unos 500.000 perros callejeros deambulan por las calles y vecindarios de Santiago, de acuerdo a un catastro oficial elaborado en el marco de un plan estatal que busca controlar la sobrepoblación canina.

De los cerca de 500.000 perros callejeros, la mayoría (398.611) tiene o tuvieron dueños, pero éstos no se hacen responsables de ellos, según un registro elaborado por la Intendencia de Santiago, el primero que se realiza.

Los perros callejeros son un postal habitual del centro de la ciudad, llamando sobre todo la atención de los miles de turistas que visitan la ciudad cada año.
La mayoría de las personas los ven como una amenaza, como un peligro y si bien existen casos en los que los perros reaccionan de manera agresiva ante situaciones en las que se ven amenazados, que es como su instinto se los indica,  también existen situaciones en las que estos canes se han comportado como unos héroes salvando a muchas personas de sufrir robos e incluso  en un hecho sorprendente salvaron a una joven de ser abusada sexualmente. Sin embargo son muy pocas las personas que son capaces de reflexionar quienes son los verdaderos culpables de que nuestras calles estén llenas de estos personajes, y es en gran parte, si no toda, nuestra responsabilidad, más del 60% de los perros callejeros fueron abandonados por sus antiguos dueños sin siquiera ser esterilizados, y es ahí donde estos perros comienzan una nueva vida.
¿Alguna vez se han preguntado que es lo que piensan o sienten estos perros?, ¿Cómo empiezan a vivir de nuevo?. Y es que en las calles ya nada es igual, ya no tienen un hogar fijo, no tienen comida asegurada ni los cuidados básicos que conlleva ser una mascota; sin embargo podemos ver a estos perros jugar, mover su cola en señal de felicidad, hasta como a veces se asoma una pequeña sonrisa en su mirada a pesar de muchas veces estar cubiertos de parasitos, hambrientos, enfermos, etc.
Así que llego la hora de ser mas consientes con nuestros canes, cuidarlos como corresponde y asumir responsabilidad, porque no son solo perros, si no FAMILIA.

Natalia González - IV°B