viernes, 15 de agosto de 2008

Partes de una Cámara Reflex

El obturador será el elemento de la cámara que nos permite jugar con la velocidad de la exposición. No todas las cámaras nos conceden esta posibilidad. Generalmente podremos disfrutar de obturador en aquellas cámaras que hagan llegar la luz a la película al abrirse unas cortinillas que están entre esta y el objetivo. El obturador va a controlar el tiempo que dura la apertura de estas cortinillas. Cuanto más tiempo estén abiertas, mayor cantidad de luz entrará en la película. La velocidad del obturador se mide en fracciones de segundo y las medidas más normales son 1/30, 1/60, 1/125, 1/250 y 1/500. En la ruedecilla que marca estas velocidades se elimina el 1/. El denominador nos marca las partes de segundo que está abierto el paso de la luz a la película. De esta manera, 1/500 será muchísimo más rápido que 1/30. La velocidad sirve para poder congelar el movimiento. Si nosotros disparamos una foto con una velocidad de 500, si aquello a lo que disparamos se está moviendo, la imagen aparecerá como congelada y nítida: por ejemplo, a la hora de fotografiar una corriente de agua, o la caída de una gota. Bajo tierra, estas circustancias cambian, pero ya lo veremos a la hora de hacer las fotos. Junto a todas estas posibilidades hay otra que, en la fotografía subterránea, será imprescindible y que aparece marcada como B. Cuando colocamos el obturador en posición B, este permanecerá abierto todo el tiempo que nosotros mantengamos apretado el disparador. Si utilizamos esta posición, deberemos disparar los flashes manualmente. Pero sobre esto hablaremos también más adelante.




El diafragma es el mecanismo que controla la intensidad de luz que puede entrar en el cuerpo de la cámara. Es como un circulillo formado a base de láminas que se puede hacer más grande o más pequeño. Cuanto más cerrado esté, menos luz entrará en la película. El diafragma se señala mediante f/. Su secuencia más normal es f/2, f/2.8, f/4, f/5.6, f/8, f/11, f/16 y f/22. Cuanto más pequeño es el número f/, más grande es la abertura del diafragma.

El disparador consiste en un botón que al presionarse abre el obturador y posibilita que entre luz a la película. A él se puede acoplar un cable disparador que nos ayudará a apretar sin mover la cámara.



El visor es la mirilla por donde vemos aquello que vayamos a fotografiar. Esto, que parece una perogrullada, va a determinar el tipo de cámara que utilizamos, porque en función del modo del visor, podremos hablar de cámaras compactas o de cámaras réflex. El visor de las cámaras réflex nos posibilita ver justo a través del objetivo por donde luego entrará la luz. Las cámaras compact tienen el visor en una línea distinta del objetivo: está a parte de él.
Entre las características más generales de las cámaras réflex está la incorporación de un fotómetro, que no es sino un medidor de la cantidad de luz que llega al interior del cuerpo de la cámara. Según haya más o menos luz, se encenderá una luz roja y cuando la luz es óptima, se enciende un dial verde. En las cuevas, la insuficiencia de la luz ambiental es una constante, con lo que siempre tendremos encendida la luz que nos indica que es insuficiente. Esto puede originar algunos problemas porque cuando se utiliza la posición B del obturador, el dial rojo continúa encendido durante todo el tiempo de la exposición, marcándose en la fotografía una zona roja que estropea la foto. A nosotros nos costó Dios y ayuda descubrir de donde provenía esta mancha. Por eso, en las cuevas, como ya sabemos que la luz es insuficiente, podemos quitar la pila que activa el fotómetro, y evitar así esos problemas.

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